martes, septiembre 25, 2007

Tren de Aterrizaje


Soy la que era antes. La que se mira en el reflejo de alguna vitrina, mi pelo esta mas seco. Tengo un brillo en los ojos tan luminoso como esta ciudad, dicen que es gris, por ahora para mi es brillante.


No soy yo la que habla cuando me descubro hablando en clase, no es mi idioma. Soy la que esta aprendiendo: a moverse, las maneras de los ingleses, a comer, a vestirse, las diferencias entre las razas que nunca había visto antes.

No soy la que solía ser, no tengo nada, ni allá, ni acá, una situación escalofriante-excitante. No soy nada, ni nadie, nadie me saluda, nadie me reconoce, nadie nota mi presencia, nadie me esta esperando.

Estoy en un limbo muy agradable, tal vez como estuve antes de nacer, tal vez como estuve antes de empezar a sentir.

Las calles están al revés para mi, todavía no distingo el norte, del sur o el este del oeste. Ya no son las montañas mi referente sino el Thamesis y su rueda maravillosa. El London Eye es mi único punto de referencia, un punto que da vueltas sin parar.

No soy la única en mi casa, ni siquiera la única en mi cuarto, siempre con desconocidos, siempre con intrusos, no me puedo acostumbrar a nada porque no he llegado, apenas estoy sacando el tren de aterrizaje.

He ido descubriendo una nueva ciudad y estoy descubriendo a una nueva persona. Ella siente menos culpas, menos complejos, mas humanidad. Es una más de millones.

Me siento saliendo de un efecto narcótico -que asocio con Colombia, pero no estoy segura que sea el lugar geográfico-.

Estoy a cargo y me siento libre.

PD. Se terminó de escribir en la casa de Kilburn Park, North West London hace un mes.

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