
Una Soledad demasiado Ruidosa es uno de mis libros preferidos y lo que más me gusta del libro es el título, me parece perfecto.
A mi me pasa todo el tiempo, la soledad se me hace ruidosa, por siempre estar huyendo de ella.
Hacerse ruido y no saber de que va el asunto- como por recordar otro titulo que me gusta, Hablando del Asunto - aclaro que los libros poseedores de los títulos también me gustan, aunque también me gustan títulos sin libros y libros sin títulos pero ese no es el asunto.
Hoy no me hice ruido. Me levanté y pedí el periódico a la tienda, llegó, me hice el desayuno y subí, me metí en las cobijas y lo leí todo, mientras estaba ahí con el sol en la cabeza, con el gallo y frotándome los pies calienticos me sentí plena. Luego una llamada y a cine: Rosario Tijeras a las 2:45 de la tarde, almuerzo con vinos y al Embajador, la película me encantó, en contra de todos los pronósticos e interferencias que había oído. Que el Español no sabe hablar paisa -existe alguna razón más ridícula que esa- como si a Julia Roberts le saliera muy bien el acento británico o a Penélope Cruz el inglés, me parece que la película es tan intensa, tan bonita, tan pero tan paisa, no paisa del arriero, sino una cultura del filo de la navaja.
Medellín es una de mis ciudades favoritas allá se siente una fuerza que yo no he sentido en ninguna parte y eso es esta pelí, fuerza.
Salí con el demonio adentro, invité a mis acompañantes a un guaro a pesar de la hora, del día y de la extrañeza de necesitar un aguardiente. Entramos a un lugar que esta justo enfrente a la puerta de la Biblioteca Nacional. Los pedí dobles y me deleité con el paisaje de una tienda del centro de Bogotá donde llegan los toreros de entrenar, se sientan los de las pulgas a contar el producido del día, los novios de domingo se dicen cositas y la tarde se ve en las montañas.
Un día – hace tiempos -le pregunté al escritor que cómo era Rosario y me dijo: Como tú.
Me quede con esa información sobre mi misma hasta hace unos días, cuando me apodaron Tijeras. Creo que se me nota. De tanto ruido no me había dado cuenta.